lunes, 21 de septiembre de 2009

segunda sesión en Tonalá

La sesión comenzó con pocos alumnos, cosa que no me pareció del todo mala porque es más fácil trabajar. Pero al cabo de un tiempo comenzaron a llegar más y más alumnos hasta juntarse una buena cantidad, más o menos treinta. Quizá más. Empezamos por ver quién había hecho la tarea y quién no. Fueron pocos los que no la habían hecho, pero muchos no la habían traído en limpio y no se las recibí. Pero les dije que podían traerlas la próxima clase y prometieron hacerlo.

Leímos algunas de las que trajeron. En el grupo de la mañana hubo poca invención, poca intención literaria. Tienen que trabajar más y leer más. Casi ninguno había leído los ejemplos que les di. En el grupo de la tarde, donde solo tengo diez alumnas, todas habían leído los fragmentos de los “ejercicios de estilo” de Queneau, y mostraron mucha mayor literariedad. Sus textos fueron no solo divertidos, sino interesantes. Tengo mucha esperanza puesta en ese grupo; pero hay que tratar de ayudar a los de la mañana.

Tras hacer las lecturas y señalarles lo que acabo de decir, proseguimos con un ejercicio de expresión oral para el cual seleccioné a siete muchachos y los pasé al frente. A cada uno se le encargó la tarea de vender a sus compañeros de grupo un artículo fantástico: alfombras voladoras, pócimas del amor, varitas mágicas, etc. Al finalizar sus presentaciones, el grupo votó por lo que compraría. A todos los que participaron les regalé revistas Luvina que había mandado Sofía pero no había tenido oportunidad de darles debido a que estuve enfermo. El resto de las revistas se las di a los del grupo de la tarde.

La actividad del día consistió en una presentación de diversas Religiones de Parodia partiendo del concepto de la “tetera de Bertrand Russell” y las observaciones acerca de éste que hace Richard Dawkins. Luego procedí a explicarles los principios de unas cuantas religiones paródicas que gozan de cierta popularidad a nivel mundial y discutimos un poco al respecto de manera grupal, en particular en el grupo de la mañana, que demostró tener muchos más alumnos devotos de los que me había tocado en semestres anteriores.

Tras el debate, les encargué que cada uno o por grupos de máximo tres personas crearan su propia religión paródica empleando los elementos que vimos en clase y lo pusieran en un tríptico que presentarán la clase siguiente de manera proselitista para ver quién logra convertir a más alumnos a su recién creada secta religiosa y discutiremos al respecto.

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