martes, 29 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Cocinen! No escriban con la panza aislada!
Chiles frescos : 4 Unidades
Salame: 100 g
Mondongo: 250 g
Charqui: 50 g
Ajo: 4 Dientes
Panceta ahumada: 150 g
Arroz blanco: 500 g
Tomates redondos: 2 Unidades
Panceta salada: 150 g
Orejas de cerdo : 8 Unidades
Grasa vacuna : 2 cdas.
Sal entrefina: A gusto
Patitas de cerdo: 4 Unidades
Costillas de cerdo: 6 Unidades
Porotos negros: 1 k
Rabos de cerdo: 4 Unidades
Caldo de carne: 4 L
Agua: 1 L
- Pele y corte los dientes de ajo en rodajas.
- Corte los tomates en cuartos.
- Coloque los porotos en un recipiente
- Corte las orejas de cerdo en trozos.
- Corte las pancetas en trozos con cuero incluido.
- Corte el mondongo en trozos.
- Quite la piel del salame y córtelo en rodajas gruesas.
Caipirinha
- Corte la lima en rodajas.
- En un vaso coloque una cucharadita de azúcar,
Armado
- En una olla a presión caliente incorpore la grasa,
- Coloque en otra olla el arroz con un litro de agua, tape la olla y cocine a fuego máximo, una vez que rompa hervor cocine a fuego mínimo durante 10 minutos, terminada la cocción retire del fuego y deje reposar durante 5 minutos.
lunes, 21 de septiembre de 2009
y conocí a los nuevos...
La sesión comenzó tarde porque nadie tenía la llave del saloncito donde se suele llevar a cabo la Sala de Lectura. Al fin, al cabo de más o menos media hora llegó una muchacha que al parecer estaba a cargo de abrirnos el salón, pero como la maestra oficial suele llegar tarde, no vio la necesidad de abrir a la hora que me habían dicho.
Entramos en el saloncito y estuvimos un rato esperando que llegara más gente. Al cabo de unos quince minutos estuvimos “llenos”, con diez muchachos de los cuales, me enteré en la presentación, solo cuatro son realmente de preparatoria; los otros son egresados que vuelven a ir allí por diversión. Dos de ellos son de Letras.
La sala de lectura consiste habitualmente en ir a leer libros, hacer comentarios de las lecturas y jugar scrabble. Mi llegada no entusiasmó demasiado a los integrantes. Podía ver en sus rostros que me sentían como un intruso. En particular los muchachos de Letras que, como todos nosotros, transpiraban esa aura de prepotencia que suele volvernos poco amigables hacia los nuestros.
Me presenté y les hablé del programa, del proyecto Luvina Joven y de las expectativas que tenían los jefes con respecto al taller. Siguieron sin verse muy entusiasmados, pero conforme fuimos entrando en la primera actividad y participaron más, se fueron yendo las tensiones, al menos un poco.
Desarrollamos tres historias distintas enfocándonos solo en las acciones principales que las conformarían. Para cada historia participaron la mayoría de los alumnos. Les entregué después algunos “ejercicios de estilo” de Raymond Queneau y tras discutir al respecto les expliqué que deberían de tomar alguna de las historias y reescribirla de diferentes formas, como en los “ejercicios de estilo”.
Algunos de los muchachos se fueron temprano, como, según explicaron, suelen hacer debido a sus horarios de clases. Otros se quedaron bastante más rato después de clase para discutir sobre lo que les gustaba leer y escribir.
Quedamos de acuerdo en vernos el próximo lunes a la 1 en punto. Espero que lleguen a tiempo. Pero algo me dice que no van a hacer la tarea.
segunda sesión en Tonalá
La sesión comenzó con pocos alumnos, cosa que no me pareció del todo mala porque es más fácil trabajar. Pero al cabo de un tiempo comenzaron a llegar más y más alumnos hasta juntarse una buena cantidad, más o menos treinta. Quizá más. Empezamos por ver quién había hecho la tarea y quién no. Fueron pocos los que no la habían hecho, pero muchos no la habían traído en limpio y no se las recibí. Pero les dije que podían traerlas la próxima clase y prometieron hacerlo.
Leímos algunas de las que trajeron. En el grupo de la mañana hubo poca invención, poca intención literaria. Tienen que trabajar más y leer más. Casi ninguno había leído los ejemplos que les di. En el grupo de la tarde, donde solo tengo diez alumnas, todas habían leído los fragmentos de los “ejercicios de estilo” de Queneau, y mostraron mucha mayor literariedad. Sus textos fueron no solo divertidos, sino interesantes. Tengo mucha esperanza puesta en ese grupo; pero hay que tratar de ayudar a los de la mañana.
Tras hacer las lecturas y señalarles lo que acabo de decir, proseguimos con un ejercicio de expresión oral para el cual seleccioné a siete muchachos y los pasé al frente. A cada uno se le encargó la tarea de vender a sus compañeros de grupo un artículo fantástico: alfombras voladoras, pócimas del amor, varitas mágicas, etc. Al finalizar sus presentaciones, el grupo votó por lo que compraría. A todos los que participaron les regalé revistas Luvina que había mandado Sofía pero no había tenido oportunidad de darles debido a que estuve enfermo. El resto de las revistas se las di a los del grupo de la tarde.
La actividad del día consistió en una presentación de diversas Religiones de Parodia partiendo del concepto de la “tetera de Bertrand Russell” y las observaciones acerca de éste que hace Richard Dawkins. Luego procedí a explicarles los principios de unas cuantas religiones paródicas que gozan de cierta popularidad a nivel mundial y discutimos un poco al respecto de manera grupal, en particular en el grupo de la mañana, que demostró tener muchos más alumnos devotos de los que me había tocado en semestres anteriores.
Tras el debate, les encargué que cada uno o por grupos de máximo tres personas crearan su propia religión paródica empleando los elementos que vimos en clase y lo pusieran en un tríptico que presentarán la clase siguiente de manera proselitista para ver quién logra convertir a más alumnos a su recién creada secta religiosa y discutiremos al respecto.